miércoles, 25 de noviembre de 2015

EL OTOÑO, UNA BONITA Y FRUCTÍFERA ESTACIÓN



Ángel Fraile

El género humano, al igual que otras especies de animales, estamos influenciados  durante nuestra vida por las distintas estaciones del año. Pasado el verano, una estación en la que la luz está presente durante muchas horas a lo largo del día, comenzamos el otoño.  En general el otoño nos parece una estación que nos entristece y aquellos que son propensos a la melancolía se deprimen. Sin embargo creo que el otoño  es una bonita estación. 
El paisaje otoñal va tomando progresivamente un bonito color ocre; la temperatura durante el día es muy agradable para pasear . A mí personalmente no me parece una  estación triste y me gusta admirar el contraste de las hojas de los árboles de hoja caduca con los de hoja perenne. Desde la posición privilegiada de nuestro "Pico Torre" podemos admirar el contraste del intenso color verde del amplio pinar, con los árboles caducos que se extienden a lo largo del curso del río Cega, marcando perfectamente el recorrido de nuestro río. Las tierras que se segaron en verano, comienzan a retoñar adquiriendo un color verde que contrasta con el terreno baldío, y con la gran masa verde del amplio el horizonte.  

Otro de los atractivos son los ricos frutos del otoño .  Los últimos frutos de la higuera, en el otoño están más dulces. También se recogen los membrillos, las manzanas; por supuesto las uvas de nuestros majuelos que han recibido el sol de todo el verano que las hecho madurar.  Por aquí tenemos multitud de almendros que en esta época ya están maduros. Estos almendros son una delicia asados  en el horno de leña o una vez pelados debidamente y  fritos un poco en la sartén y con una pizca de sal; así conseguimos un fruto seco muy fino y saludable. También se recoge el sabroso fruto de los nogales que al igual que el almendro tiene unas propiedades  extraordinarias para nuestro sistema circulatorio. Ni que decir de los membrillos. Me atrevería a afirmar que en la mayoría de los hogares se hace el dulce de membrillo o "la carne de membrillo" como antes se decía; una delicia que dura todo el año y que acompañado con queso, o simplemente solo , forma parte de un exquisito postre. Con las calabazas  y el mosto de la uva se hacía hace años un dulce que se guardaba en vasijas de barro y que encantaba a niños y grandes, y que nuestras madres nos obsequiaban para merendar, solo o untado en pan; esta  delicia era el arrope, que era como se llamaba. Parece que el arrope proviene de nuestra tradición árabe, como grandes expertos que son en la elaboración de dulces.  Por todo esto, no debemos de ver al otoño como una estación triste.

Todos  aquellos que les guste el campo y la naturaleza, tienen una gran oportunidad de pasear por los cercanos pinares. Esta es la mejor época del año para hacerlo.  La suavidad de la temperatura, el olor a miera, la jara y muérdago,  y la humedad del suelo con ese mullido manto que notamos bajo nuestros pies, y regalando nuestra vista con gran variedad de setas,, algunas con sus vivos colores, aunque estas no sean comestible, nos da una sensación de paz que no  podemos observar en otras estaciones del año.  Por supuesto que uno de los frutos estrellas del otoñó, son las setas.  En baldíos,  laderas, terrenos perdidos y en las antiguas eras donde se trillaba, se pueden encontrar las populares setas de cardo; un manjar para el paladar. Ni que decir tiene que si el final del verano viene lluvioso podremos encontrar   las setas más populares que son los níscalos,  en los pinares, y que degustaremos  asados , guisados con patatas, rebozados,  o de otras formas que nos hacen  disfrutar  esta fructífera estación. A partir de ahora y con estas premisas, espero que veamos el otoño como una oportunidad para disfrutar de nuestros sentidos.